miércoles, 14 de octubre de 2009

Nunca

Sucedió en un pequeño pueblito. Los ciudadanos se juntaban en su reunión mensual para poder concretar un sueño: traer el tren al pueblo. Todos empezaron a idear como lograrlo y cada uno en forma personal soñaba a viva voz a cerca de cómo sería el trazado, los andenes, las vías y la estación. Era una algarabía!. Pero en medio de tanto escándalo, se escuchó la voz de un hombre viejo que sentado en el fondo dijo: "Nunca aprobarán el proyecto!". Y todos callaron. Muchos se fueron y los que quedaron ya no estaban tan efusivos. Pero aunque menos, siguieron hablando del proyecto. El tiempo pasó. La gente que seguía soñando y creyendo, que por cierto no era mucha, trabajaba incansablemente a diario. Todos los días se lograba un poco. Es cierto que había pequeños fracasos, pero de ellos esta pavimentado el camino del éxito. Cierta noche y después de mucho esfuerzo, finalmente el proyecto presentado fue aprobado por el gobierno. Muchos pueblerinos se acercaron a festejar al bar del pueblo. Muchos que se habían desanimado, volvieron a creer que esto era posible y volvieron a brindar por el sueño junto a los demás. Cantaron y bailaron por horas. Entrada la noche, el viejo aquel irrumpió en el bar y se quedó mirándolos seriamente a todos en silencio. De a poco las risas y los cánticos fueron acallando y todos los ojos se dirigieron a El. Sin moverse de la puerta dijo: "Nunca podrán traerlo al pueblo!" Y se retiró en silencio. Muchos apoyaron sus vasos y se miraron entre ellos. Se sintieron ridículos una vez más. Algunas voces hasta apoyaron al viejo: "tiene razón, nunca lo lograremos". Y muchos más de los que habían vuelto se marcharon unos minutos más tarde.Menos que antes, pero con fuerzas renovadas, porque así son los que sueñan, siguieron luchando y una mañana la gran locomotora llego al pueblo en grandes camiones. Mientras la bajaban ante la mirada atónita de los pueblerinos, el viejo se acercó lentamente y comentó por lo bajo: "nunca podrán ponerla en marcha!" pero esta vez solo algunos pocos lo escucharon y se marcharon sigilosamente. Solo tres personas soñaron juntos hasta el día en que la locomotora estuvo sobre las vías, los andenes construidos, las vías perfectamente trazadas y la locomotora tirando humo a la espera de los primeros pasajeros. Tanto había hablado el viejo que la mayoría no se animó a subirse. Algunos mas osados se acercaron a saludar y festejaron el momento. Pero el viejo parándose en medio de la gente dijo: " nunca lograrán que se mueva". A los pocos minutos y con un sonido que partió la tierra la locomotora comenzó a moverse lentamente. Firme y segura por las nuevas vías. Entonces, la gente que había quedado abajo quedó en silencio en la estación y se sintieron vacíos. Con bronca voltearon a ver al viejo. El, con la mirada puesta en ese tren que se iba en busca del horizonte y encogiéndose de hombros les dijo: " Seguro no podrán hacer que se detenga"...

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