lunes, 22 de septiembre de 2008

"El vuelo del halcón"

Un rey recibió como obsequio dos pequeños halcones y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara. Pasado unos meses el maestro le informó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente, pero que al otro no sabía que le sucedía, no se había movido de la rama donde lo dejó desde el día que llegó. El rey mandó a llamar a curanderos y sanadores para que vieran al halcón, pero nadie pudo hacerlo volar. Al día siguiente el monarca decidió comunicar a su pueblo que ofrecería una recompensa a la persona que hiciera volar al halcón. A la mañana siguiente, vió al halcón volando ágilmente por los jardines. El rey le dijo a su corte, "Traédme al autor de este milagro." Su corte le llevó a un humilde campesino. El rey le preguntó: "¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres acaso un mago?". Intimidado el campesino le dijo al rey, "Fué fácil mi Señor, sólo corté la rama y el halcón voló, se dió cuenta que tenía alas y se largó a volar." ¿Sabes que tienes alas ? ¿Sabes que puedes volar? ¿A qué te estás agarrando? ¿De qué no te puedes soltar? No puedes descubrir nuevos mares a menos que tengas el coraje para volar. Vivimos dentro de una zona de comodidad, allí viven nuestros temores, nuestros valores y nuestras limitaciones. En esa zona reina nuestro pasado y nuestra historia, y por lo general creemos que es nuestro único lugar y modo de vivir. Tenemos sueños, queremos resultados pero no estamos dispuestos a correr riesgos, nos conformamos con lo que tenemos, creemos que es lo único y posible y aprendemos a vivir desde la resignación. El liderazgo es la habilidad que podemos adquirir cuando estamos dispuestos a correr riesgos, cuando aprendemos a caminar en la cuerda floja, cuando estamos dispuestos a levantar la vara que mide nuestro potencial. Un verdadero líder tiene: Seguridad en sí mismo para permanecer solo. Coraje para tomar decisiones difíciles. Audacia, para transitar hacia nuevos horizontes con pasión y ternura suficientes para escuchar las necesidades de los demás. El hombre no busca ser un líder, se convierte en uno de ellos por la calidad de sus acciones y la integridad de sus intentos. Los líderes son como los halcones, no vuelan en bandadas, los encuentras cada tanto y volando alto.

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