
-RANA ¡Qué gusano tan largo y tan gordo! ¡Qué lindo es!.... Me acercaré y le hablaré. ¡Hola!.... ¿Quién eres tú? ¡Qué haces arrastrándote por el suelo?
-SERPIENTE Yo soy una serpiente bebé. Es que las serpientes caminamos así. ¿Quieres que te enseñe?
-RANA ¡Sí, sí!.... Enséñame, amiga serpiente.
-SERPIENTE ¿Ves?.... Así, así.
-RANA ¡Lo logré!.... (RISAS). Ahora, yo quiero enseñarte a saltar. ¿Te gustaría?
-SERPIENTE ¡Claro, enséñame, por favor!...¡Qué difícil!
-RANA No, verás que puedes. Mira como hago yo.
-SERPIENTE ¡Lo conseguí!.... ¡Aprendí a saltar como tú! Las dos amigas pasaron toda la mañana jugando y divirtiéndose. Se hubieran quedado todo el día si sus respectivas panzas no hubieran empezado a crujir, recordándoles que era hora de comer.
-RANA ¡Nos vemos mañana, amiga serpiente, a la misma hora!
-SERPIENTE ¡Hasta mañana, amiga rana!
-RANA ¡Hola mamá, mira lo que aprendí a hacer! La rana bebé comenzó a arrastrarse por el suelo, orgullosa de lo que había aprendido.
-MADRE RANA (FURIOSA) ¿Quién te enseñó a hacer eso?
-RANA (CON MIEDO) Una serpiente bebé de colores muy lindos que conocí esta mañana. -MADRE RANA Óyeme bien. Te prohíbo terminantemente que te vuelvas a ver con ese animal, ¿entiendes?
RANA ¿Por qué, mamá?
-MADRE RANA Porque las serpientes no nos gustan. Y punto. Son venenosas y malvadas. Además, nos tienen odio.
-RANA (LLORANDO) Pero esa serpiente no me odia. Es mi amiga.
-MADRE RANA No sabes lo que dices. Y deja ya de quejarte, ¿está bien? Cuando la serpiente bebé llegó a su casa, ocurrió algo parecido.
-SERPIENTE ¡Mira, mamá, mira lo que aprendí!
-MADRE SERPIENTE ¿Quién te enseño a saltar de esa manera tan ridícula?
-SERPIENTE Una rana bebé muy simpática que conocí esta mañana.
-MADRE SERPIENTE ¡Las ranas y las serpientes no pueden andar juntas! ¡Qué vergüenza! ¡La próxima vez que te encuentres con esa rana, mátala y cómetela!
-SERPIENTE ¿Por qué?
-MADRE SERPIENTE Porque las serpientes siempre hemos matado y nos hemos comido a las ranas. Así ha sido y tiene que seguir siendo igual.
-SERPIENTE (LLORANDO) Pero, mamá, ¿cómo voy a matar a mi amiga y luego comérmela? Al día siguiente, a la hora de la cita, la rana y la serpiente no se saludaron. Sentían una tristeza grande en su corazón, pero se quedaron alejadas una de otra, mirándose con desconfianza y recelo.
-RANA Me temo que hoy no podré ir a jugar contigo - le dijo dando un par de saltos hacias atrás.
SERPIENTE lo miró en silencio, recordando lo que había dicho su madre...'Si se acerca demasiado, saltré sobre ella y la comeré'pensó. Pero recordó cuanto se habían divertido juntas y que la RANA había sido muy amable en enseñarle a brincar. Suspiró tristemente y se internó en la arboleda. Desde ese dia no volvieron a jugar juntas Pero a menudo se sentaban a solas al sol, cada cual recordando ese único día de amistad.
¡Triste época la nuestra!.... Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.
2 comentarios:
wooo
esta hermosa esta publicacion¡
tambien lei las demas y son exelentes,cuanto talento tenés¡
felicidades ^^
sii que guay lo acaqbo de leer y me gusto
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