
Solicito permiso para ir a buscarlo--, dijo un soldado a su teniente.
- Permiso denegado!--, replicó el oficial. -
-No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto.
El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo.
El oficial estaba furioso:
- ¡Ya le dije yo que había muerto! ¡Ahora he perdido a dos hombres!
Dígame, ¿merecía la pena ir allá para traer un cadáver?
Y el soldado, moribundo, respondió:
- ¡ Claro que sí, señor!, cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme:-
-Juan... ¡estaba seguro de que vendrías!
Anthony de Mello
2 comentarios:
soldado estúpido. y qué egoísta su amigo que no le gritó que no viniera.
Me gusta mucho tu blog!
Saludos!
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