jueves, 21 de enero de 2010

Amistad

Mi amigo no ha regresado del campo de batalla, señor.
Solicito permiso para ir a buscarlo--, dijo un soldado a su teniente.

- Permiso denegado!--, replicó el oficial. -

-No quiero que arriesgue usted su vida por un hombre que probablemente ha muerto.

El soldado, haciendo caso omiso de la prohibición, salió, y una hora más tarde regresó mortalmente herido, transportando el cadáver de su amigo.

El oficial estaba furioso:

- ¡Ya le dije yo que había muerto! ¡Ahora he perdido a dos hombres!

Dígame, ¿merecía la pena ir allá para traer un cadáver?

Y el soldado, moribundo, respondió:

- ¡ Claro que sí, señor!, cuando lo encontré, todavía estaba vivo y pudo decirme:-

-Juan... ¡estaba seguro de que vendrías!

Anthony de Mello

2 comentarios:

. dijo...

soldado estúpido. y qué egoísta su amigo que no le gritó que no viniera.

Mariana dijo...

Me gusta mucho tu blog!

Saludos!