miércoles, 30 de julio de 2008

"Fabricando a un padre"

En el taller más extraño y sublime conocido, se reunieron los grandes arquitectos, los afamados carpinteros y los mejores obreros celestiales que debían fabricar al padre perfecto:
- "Debe ser fuerte", comentó uno.- "También, debe ser dulce", comentó otro experto.- "Debe tener firmeza y mansedumbre: tiene que saber dar buenos consejos".- "Debe ser justo en momentos decisivos; alegre y comprensivo en los momentos tiernos".- "¿Cómo es posible -interrogó un obrero- poner tal cantidad de cosas en un solo cuerpo?."- "Es fácil", -contestó el ingeniero- "Solo tenemos que crear un hombre con la fuerza del hierro y que tenga corazón de caramelo".Todos rieron ante la ocurrencia y se escuchó una voz (era el Maestro, dueño del taller del cielo):- "Veo que al fin comienzan" -comentó sonriendo- "No es fácil la tarea, es cierto, pero no es imposible si ponen interés y amor en ello".Y tomando en sus manos un puñado de tierra, comenzó a darle forma."¿Tierra? -preguntó sorprendido uno de los arquitectos- ¡Pensé que lo fabricaríamos de mármol, o marfil o piedras preciosas!.-"Este material es necesario para que sea humilde" -le contestó el Maestro- Y extendiendo su mano saco oro de las estrellas y lo añadió a la masa.- "Esto es para que en las pruebas brille y se mantenga firme".Agregó a todo aquello, amor, sabiduría. Le dió forma, le sopló de su aliento y cobro vida, pero... faltaba algo, pues en su pecho le quedaba un hueco."¿Y que pondrás ahi?" -preguntó uno de los obreros-Y abriendo su propio pecho, y ante los ojos asombrados de aquellos arquitectos, saco su corazón, le arrancó un pedazo, y lo puso en el centro de aquel hueco. Dos lágrimas salieron de sus ojos mientras volvía a su lugar su corazón ensangrentado.-¿Por qué has hecho tal cosa?" -le interrogó un ángel obrero y aún sangrando, le contestó el Maestro:-"Esto hará que me busque en momentos de angustia, que sea justo y recto, que perdone y corrija con paciencia, y sobre todo, que este dispuesto aún al sacrificio por los suyos y que dirija a sus hijos con su ejemplo, por que al final de su largo trabajo, cuando haya terminado su tarea de padre, allá en la tierra, regresará hasta mi. Y satisfecho por su buena labor, yo le daré un lugar aqui en mi reino.

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